Medio: Hoy Los Ángeles
Reportero: Kate Linthicum

Su teléfono sonó, pero el periodista mexicano Cándido Ríos Vázquez no respondió. Quien llamaba era su jefe, el editor Cecilio Pérez Cortes, quien quería saber si su reportero estrella podría cubrir un tiroteo en un pequeño pueblo cerca de la costa del Golfo de México.

Ríos, no pudo responder, porque el mismo era una de las víctimas.

El periodista de 57 años, que se inscribió en un programa gubernamental  de protección a los periodistas después de años de narrar años de corrupción en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, fue uno de los tres muertos en el tiroteo del martes en el estado de Veracruz.

Funcionarios dijeron que Ríos fue asesinado a tiros en una tienda de Hueyapan de Ocampo. También fueron asesinados un ex investigador de la policía con quien compartía una soda y un ranchero local que pudo haber sido atrapado en el fuego cruzado.

Ríos fue por lo menos el noveno periodista asesinado en México en lo que va del año. La oleada de asesinatos, que han atacado a algunos de los periodistas más destacados y respetados del país, ha provocado protestas internacionales, con defensores de derechos humanos y funcionarios estadounidenses presionando al presidente Enrique Peña Nieto para que haga más para proteger a los periodistas y procesar los crímenes contra ellos.

Los investigadores no han dicho si creen que Ríos fue asesinado por su trabajo, ni tienen pistas ni sospechosos del asesinato.

Pero el reportero había recibido durante mucho tiempo amenazas de funcionarios locales relacionadas con sus historias, según Pérez, editor del Diario de Acayucan, el periódico donde Ríos trabajó durante la última década.

“Las amenazas fueron constantes”, dijo Pérez en una entrevista telefónica el miércoles. Dijo que uno de los ex alcaldes de la ciudad estaba entre la gente que había amenazado de muerte a Ríos.

Según Pérez y la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas, Ríos estuvo inscrito en un programa del gobierno federal diseñado para proteger a periodistas y trabajadores de derechos humanos que han recibido amenazas  relacionadas con su trabajo. El programa, creado en 2012, proporciona a unos 170 trabajadores de los medios de comunicación y derechos humanos, evacuaciones de emergencia, protección policial y, en algunos casos, incluso un botón de pánico que hace intervenir a las autoridades.

Pérez dijo que Ríos tenía un botón de emergencia en su teléfono celular y cámaras de seguridad instaladas en su casa.

Ríos sabía que su vida corría peligro.

En un video colocado en su página de Facebook el pasado 13 de agosto, denunció una supuesta red de corrupción en Hueyapan de Ocampo, acusando a varios funcionarios de usar ilegalmente dinero del gobierno y hacer trampa en las elecciones pasadas.

En el video, que dura casi 15 minutos, el periodista dijo que había sido arrestado en el pasado por haber dicho la verdad, y sugirió que la pluma de un periodista no es rival para las armas de los que esperan silenciarlo.

“Nos asesinan con balas, sabiendo que nuestras armas no disparan balas, nuestras armas disparan verdades”, dijo.

Sin embargo, Ríos dijo que se sintió obligado a dar a conocer la verdad a pesar del riesgo.

“Hablo con mi gente”, dijo Ríos, que había trabajado como camionero antes de cambiar al periodismo para ayudar a combatir lo que él veía como injusticias en su comunidad.

-Es mi deber -dijo-.

Según Artículo 19, una organización sin fines de lucro que aboga por la protección de los medios de comunicación en México, hubo 426 amenazas o ataques contra los medios de comunicación el año pasado, incluyendo asesinatos, golpizas y tortura. Los periodistas son más propensos a enfrentar amenazas de funcionarios gubernamentales que de grupos delictivos, según indicó  la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Los defensores de los derechos humanos se quejan de que los funcionarios públicos no quieren reforzar la protección de los periodistas porque una prensa libre y transparente a menudo no es de su interés. Este año, los funcionarios que dirigen el programa en el cual Ríos fue inscripto advirtieron que la financiación estaba  a punto de agotarse.

Los líderes de la oposición se han apoderado del tema en los últimos meses.

Esta semana, Margarita Zavala, una posible candidata del Partido de Acción Nacional en las elecciones presidenciales del próximo año, twittó su indignación. “Otroatentado contra la libertad de prensa”, escribió. “¡Basta!”

La muerte de Ríos ocurre después de una serie de asesinatos de periodistas de alto perfil.

Entre ellos están Javier Valdez, un reportero de investigación internacionalmente reconocido, quien fue asesinado el 15 de mayo en el estado de Sinaloa, y Miroslava Breach, una veterana reportera de investigación que fue asesinada a tiros el 23 de marzo en Chihuahua, mientras llevaba a su hija. La muerte de Breach llevó a la editorial de El Norte, el periódico donde trabajaba, a cerrar la publicación.

En una carta a los lectores, el editor dijo que ya no podía garantizar la seguridad de su personal.

En mayo, varios destacados medios de noticias mexicanos se publicaron en negro para protestar por los asesinatos de periodistas en todo el país.

Los asesinatos han llevado a un gran grupo de periodistas extranjeros a escribir una carta al presidente Enrique Peña Nieto pidiendo más protecciones a los reporteros.

El Comité para la Protección de los Periodistas, un grupo de carácter mundial, mantuvo conversaciones con Peña Nieto este año. La Embajadora de los Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, ha hecho de la libertad de prensa uno de sus principales temas, trayendo a periodistas estadounidenses con experiencia en zonas de guerra, para entrenar periodistas locales en protocolos de autoprotección y seguridad.

Hace unos meses, Jacobson viajó a Veracruz, un estado particularmente peligroso para los periodistas, para hablar con los periodistas locales sobre cómo Estados Unidos podría apoyarlos.

A pesar de la indignación, ningún sospechoso ha sido juzgado en los asesinatos de este año.

Los asesinatos en México abarcan mucho más allá de los periodistas. Mientras las autoridades luchan por contener la violencia entre grupos criminales en guerra. El país está en camino de registrar más homicidios en 2017 que en cualquier otro año en las últimas dos décadas.

Para darse una idea de la gravedad de las cosas, vale mencionar que entre enero y julio de este año, se han registrado 931 homicidios en Veracruz, frente a los 537 del mismo período del año pasado.

Leer nota original:
http://www.hoylosangeles.com/noticias/mexico/hoyla-lat-a-pesar-de-la-proteccion-de-las-autoridades-otro-periodista-mexicano-es-asesinado-20170823-story.html